miércoles, 17 de febrero de 2016

El mito de la participación de la Realeza en los crímenes de Jack el Destripador



¿Por qué no creo en la teoría de la conspiración de que la corona británica en la que supuestamente la realeza estaba implicada en los crímenes de Jack el Destripador? Ésta teoría tiene como sospechosos a tres hombres en particular, el príncipe Alberto Victor, el Dr. William Gull y el pintor Walter Sickert. Explican que la escasa sangre en las escenas de los crímenes se debe a que las mataban en otras zonas y las transportaban hasta donde las encontraron en un carruaje y las abandonan allí.

Los testigos que vieron a las víctimas momentos antes de ser asesinadas describen a un solo hombre de estatura media, 1,70 metros según dicen, y de entre 28 y 36 años. El príncipe superaba el metro ochenta de estatura y hubiera llamado mucho la atención (las víctimas medían en torno a 1,60 o menos y todos aseguran que eran poco más alto que las mujeres).

El Dr. William Gull era un hombre mayor, superando los 70 años, muy lejos de la treintena que le suponen al asesino. Y más aun teniendo en cuenta que el hombre acababa de sufrir un infarto cerebral y lo dejó en una salud bastante precaria.

El que mejor encajaría sería Walter Sickert, que tenía 28 años en esos días, pero resulta que estaba en Francia durante cuatro de los cinco asesinatos.

Lo del carruaje no puede ser tampoco porque nadie ha visto ninguno por las inmediaciones ni se escuchó el sonido de ninguno. Sólo vieron a un hombre solitario hablando con las mujeres. Podéis pensar el tremendo ruido que harían los cascos de un caballo y las ruedas de un carro sobre un suelo adoquinado a altas horas de la noche.

En el primer asesinato en Buck’s row, una vecina cuya ventana estaba justo al lado de donde se encontró el primer cadáver, testificó que no escuchó absolutamente nada durante la noche y eso que ella tenía un sueño muy liviano. Un coche de caballos la habría despertado con total seguridad.
En el segundo asesinato, el cuerpo se encontró dentro de un patio interior de unos edificios. Si la teoría es cierta, el coche de caballos debía parar en la puerta, sacar el cuerpo, entrar en el edificio a riesgo de ser descubiertos y dejarlo en el patio trasero, en vez de haberlo dejado directamente en la puerta de entrada que hubiera sido mucho más fácil.

Los asesinatos en plena calle llevarían una cosa de 15 minutos a lo sumo (deducción a partir de las declaraciones de varios testigos presenciales). Esto indica una rápida acción por parte del criminal y una rápida huida por un laberinto de callejones oscuros y llenos de niebla. Dudo mucho que alguien pueda hacer algo así si no se conoce bien la zona. Si se conoce bien la zona, muy probablemente viviera en ella. Nadie tendría gran interés en aventurarse por distritos tan peligrosos, llenos de pobreza y delincuencia. De hecho, cuando alguien ajeno entraba destacando con ropas elegantes, era atracado y despojado de sus pertenencias de inmediato, como muy bien reflejaba un periódico de la época.



Alguien que, por cualquier circunstancia, destacara demasiado, sería recordado con facilidad. Si vemos un plano de Whitechapel y vemos dónde se sitúan los cuerpos en Buck’s row, Hanbury St., Dutfield’s yard (Berner st.), Mitre Square y Miller’s Court, en el epicentro debería vivir el asesino. Yo hice mi propia versión de perfil geográfico y me dio como resultado que el asesino debería alojarse entre las calles Fashion, Thrawl y Flower and Dean.


Aun si incluimos el asesinato de George Yard Buildings, que no entra en el canon de los asesinatos pero que algunos autores especulan con que pudo ser otra víctima del Destripador por el modus operandi.


Curiosamente, en un documental en el que se realiza un perfil geográfico criminológico con un ordenador y un programa especializado, también dan como residencia esas mismas calles. Como dato: Flower and Dean Street era tan peligrosa que ni la propia policía se atrevía a pasar por esa calle en sus rondas nocturnas.

Tras el asesinato de Mitre Square, se encontró un trozo de delantal perteneciente a la víctima, manchado de sangre, en Goulston Street. Se supone que el Destripador lo usó para limpiarse después de haber cometido el crimen, de camino a casa. Si se traza una línea recta entre el lugar del crimen y donde se encontró el delantal se ve que va en dirección a la zona supuesta para la vivienda del asesino.



Como curiosidad, en los meses anteriores a los crímenes se produjeron en esas calles numerosos asesinatos o ataques a mujeres. Con esto no quiero decir que fuese precisamente el Destripador el que los cometió, pero sí que en esa zona donde supuestamente vivía había gente que odiaba a las prostitutas. En vista de todo esto ¿por qué buscar más vueltas que no encajan tan siquiera con la evidencia de los testimonios? ¿Por qué tergiversar los hechos para dar credibilidad a una historia falsa?



Parece ser que un descendiente de Walter Sickert contó esta teoría a un escritor que luego sacó un libro explicándola. Pero el mismo Sickert se retractó después diciendo que todo había sido una invención suya y que era falso.

La teoría de la conspiración de la realeza afirma que intentaron acallar a las cinco prostitutas y para ello las mataron, pero de ser así ¿por qué ensañarse con ellas de esa forma? El arma blanca es un símbolo metafórico del falo, es decir, de la sexualidad masculina. Las mutilaciones están realizadas a la feminidad de las mujeres (bajo vientre y pechos). Muy probablemente fuese algún hombre con problemas sexuales o incluso un sádico que se excitara con el acto de destrozar esos cuerpos (hay infinidad de ejemplos así más modernos). Debía ser alguien de la zona, e incluso que tuviera cierto manejo con los cuchillos. Un hombre que conociera bien la zona para escapar.


A poco que uno piense y examine las pruebas con un mínimo de conocimiento criminológico se daría cuenta de que la teoría de la conspiración de la corona falla. Es más, de todos los sospechosos que conozco y a los que les he sometido a prueba, ninguno me encaja al 100 % como posible culpable y es posible que la verdadera identidad de Jack el Destripador no se conozca tan siquiera, ni nunca se llegue a conocer. Muy probablemente fuese un hombre cuyo nombre no pasó a la historia y el secreto de su identidad muriese con él hace ya muchos, muchos años. 

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