martes, 22 de marzo de 2016

TITANIC

Constance Willard

Un sujeto habló cuando estábamos en el Carpathia sobre el hecho de que el Titanic no tuviera reflectores. La tripulación dijo que era la intención de los propietarios equipar al buque con reflectores cuando llegaran a Nueva York.

Cuando alcanzamos la cubierta después de la colisión, la tripulación estaban preparando los botes para bajarlos y muchas de las mujeres estaban corriendo en busca de sus maridos e hijos. Las mujeres estaban comenzando a ser puestas en los botes y dos hombres me cogieron y casi me ponen a mí también en un bote. Yo no percibía el peligro y luché hasta que me soltaron. “No pierda el tiempo, déjela ir si no quiere entrar” dijo un oficial. Corrí de nuevo a mi cabina y fui cabina por cabina buscando a mis amigos sin poder encontrarlos.

Una pequeña niña inglesa, de unos quince años, corrió hacia mí y se tiró a mis brazos. “Estoy sola –gimoteó ella- ¿me puede llevar con usted?”. Entonces empecé a darme cuenta del peligro y vi que todos, salvo dos botes salvavidas, habían sido bajados. Todas las mujeres habían sido provistas con chalecos salvavidas. Según los hombres las ponían en los botes, ellos las sonreían y les decían que fuesen valientes.

Nunca olvidaré un incidente que ocurrió justo cuando estábamos a punto de ser bajados al agua. Un extranjero se precipitó hacia el costado del barco con un paquete entre sus brazos y llorando, con las lágrimas cayendo pro su rostro. “Oh, por favor, amable señorita, ¿No podría salvar a mi pequeña niña, mi bebé? No se preocupen por mí, pero por favor, llévense a la pequeña” Por supuesto, cogí al bebé.

En nuestro bote había siete hombres, sobre unas veinte mujeres y varios niños. La noche era oscura. Veinte minutos después de abandonar el Titanic oímos una explosión y el buque pareció partirse en dos y hundirse. Entonces una mujer extranjera en nuestro bote comenzó a cantar un himno y todos nos unimos, a pesar de que pocos conocían la letra. Todo alrededor nuestro eran llantos y gemidos por quizás unos tres minutos.

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