viernes, 20 de enero de 2017

RESEÑA DE "DOLORES CLAIBORNE" DE STEPHEN KING



“Dicen que el camino al infierno está sembrado de buenas intenciones, y yo sé que es cierto”.
- Dolores Claiborne.

Dolores Claiborne, de Stephen King ¿Qué puedo decir de Dolores Claiborne? Un libro que empieza por el medio de la historia, continúa por el principio y acaba (eso sí) por el final. Una novela de 265 páginas sin capítulos, la narración es del tirón, sin pausas. De hecho, todo el libro no es más que una confesión de Dolores Claiborne, la protagonista de sesenta y cinco años de la historia. Y a pesar de que interactúa con otros personajes durante su confesión, las palabras de éstos no aparecen, tan sólo lo que sale de la boca de la propia Dolores.

¿De qué trata? Dolores Claiborne es una mujer de sesenta y cinco años que ha estado trabajando durante cuarenta décadas para una mujer ricachona llamada Vera Donovan. Al morir la anciana, Dolores es acusada de asesinato. Sin embargo, el único asesinato que realmente cometió fue durante el eclipse total de sol hace casi treinta años atrás y la víctima fue su esposo, un hombre maltratador, borracho, pederasta, ladrón y un puñado más de adjetivos negativos… Aunque tal y como se dice en la novela: “A veces hay que ser un pedazo de cabrona para sobrevivir. A veces ser una cabrona es lo único a lo que una mujer puede aferrarse”.

Es un estilo de narración curioso, la primera vez que lo veo, la verdad. Stephen King relata la historia en primera persona del tirón hablando a través de Dolores para contar una historia atípica de él, pues es un drama en el que una mujer lucha con garras y dientes (e ingenio) para sacar a su familia adelante (al menos a sus hijos, ya que el mayor enemigo lo tiene a su lado en la cama), dándose la paliza a trabajar en la mansión de una ricachona que la putea para ganar unos pocos dólares, aunque, no hay mal que por bien no venga, pues es precisamente esta mujer la que le guía sobre lo que debe hacer.

No puedo evitar comparar esta novela con la adaptación cinematográfica (Eclipse total, 1995) y he de decir que mientras que la novela tiene un tono más dramático y triste, la película tiene un enfoque mucho más detectivesco y policial, y creo que eso le hubiera venido bien a la novela también. Y eso que las descripciones de los pensamientos y sentimientos de Dolores al cometer el asesinato de su marido los hace muy convincentes: la culpa, las dudas, la inseguridad de si estará vivo o muerto, el miedo a que la pillen, etc… Creo que si el relato hubiera sido algo más policial hubiera quedado mucho mejor, pero eso se reduce sólo a unas pocas páginas del final sin más.

Pensaba que al menos habría una reconciliación por parte de Dolores y su hija Selena como en la versión cinematográfica, pero no. El libro es más crudo, más vil y más triste, deparando (para todos los personajes) unos destinos mucho más lúgubres y duros de los que se veían en el film. Y casi, como si de una gran rueda giratoria se tratase (o de la luna y el sol en constante rotación) la historia parece repetirse en los personajes, cuando los fantasmas del pasado vuelven a ellos.

La historia del libro podría resumirse en: “Quien la hace, la paga”. Los personajes sufrirán un final directamente proporcional a los actos que cometieron en vida, no quiero destripar el final pero, quien haya leído la historia supongo que pillará por dónde van los tiros. Casi parece que una divinidad castigue proporcionalmente a los personajes.

En resumen, la novela no está mal, tiene una trama interesante y cuenta con algunas variaciones respecto al film; pero tampoco el hecho de que sea un libro del tirón, sin cortes ni pausas, hace que sea más complicado de leer. Le pondría un 6 sobre 10.

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