“Visita al viejo caserón” de
Cristina Bermejo Rey es un libro basado en el antiguo pasaje del terror del
parque de atracciones de Madrid en el que, como la propia publicidad de la
novela dice, “¿Qué pasaría si los actores del pasaje no fuesen precisamente
actores?”. Esa es la premisa de la que parte su autora y con la que consigue un
espectáculo entretenido desde la primera página y lleno de sobresaltos y
sangre. Con su característico estilo de literatura ligera y ritmo trepidante
nos narra la historia de Cristina (sí, la protagonista comparte nombre con la
autora) que entra ella sola al último pase del día al espectáculo en cuestión y
desde entonces su vida cambiará radicalmente. “Visita al viejo caserón” es un
trabajo mucho más oscuro que su anterior libro “Dama de la noche”, con menos
amor pero con algo más de humor. Contiene varios guiños a películas del género,
ideal para los amantes del cine de terror, incluso va soltando pequeños detalles
en apariencia sin mucha importancia, pero que hacia el final de la trama se
revelarán muy esclarecedores.
Yo personalmente no llegué a
visitar ese espectáculo, lo conocí después de que cerraran, pero los que sí pudieron
disfrutarlo y han leído la novela aseguran que la ambientación está muy lograda
y que logra revivir la experiencia. Lo que sí que puedo decir de primera mano
es que me gusta cómo se dibujan los personajes, de manera muy breve y sencilla,
pero aun así lo suficiente como para que llegues a empatizar con ellos y a
cogerles cariño, por ejemplo uno de los secundarios que me gusta mucho, Blood,
me parece un personaje estupendo por su mezcla entre conceptos tan
contrapuestos como son la ternura y una personalidad macabra con un gusto
excesivo por la sangre, y creo que daría mucho juego si se ampliara su historia
en la segunda o tercera parte de la trilogía, ya que la autora ha afirmado que
será una trilogía. Todavía quedan sustos para rato.
Pero no todo es sangre y cosas
tétricas, también se exaltan los valores como la fidelidad, la amistad, el
compañerismo, la camaradería, la ayuda, dándole un tono fresco y más alegre a
una historia oscura de por sí.
Sin contar con las trabas con las
que se encontrarán los protagonistas a lo largo de la historia, se desatan muchos
conflictos internos en los personajes como debatirse entre hacer lo correcto o
acatar las órdenes de un superior, las dudas de no saber quién fuiste antes y
no saber muy bien cuál es tu lugar en el caserón, o simple y llanamente no
saber en quién poder confiar… en éste sentido me parece un estilo más maduro de
escritura y no sólo nos cuenta una historia sin más, si no que ahonda en la
psicología y sentimientos de los personajes con bastante tino, lo cual, a mi
modo de ver, le da puntos extras. Hace que nos sintamos más identificados por
breves que sean sus descripciones. Y creedme que lo consigue. Dicen que lo
bueno si es breve, dos veces bueno. No es una novela muy larga pero consigue
que al cerrar la última página te quedes con una sensación de querer saber más
sobre los personajes a los que has acompañado a lo largo de todo el relato.
¿Cuántos escritores, incluso famosos, pueden presumir de un público que espera con
ansias una continuación de su novela?
Volviendo al tema de los
personajes, no sé si habrá sido intencionado o no, pero la autora lo ha bordado
con algunos detalles psicológicos… por ejemplo cuando los personajes se olvidan
de quiénes fueron, pierden su verdadera personalidad, pierden su pasado y
quedan a merced del control del Amo del Caserón para sus fines oscuros. Por
unos momentos la protagonista logra encender una chispa de lucidez en sus
mentes, pero enseguida la vuelven a perder por culpa del Amo ¿Acaso no es eso
real? Quiero decir, si te olvidas de quien has sido ¿no te quedas vacío y a merced
de lo que quieran hacer contigo?
O el tema del deber y lo
correcto. ¿A quién no le ha pasado que se ha tenido que debatir entre hacer lo
que le ordena un superior y hacer lo que le dicta la moral? Por ejemplo. Son
cosas que le dan mucha verosimilitud a una historia fantástica y de ficción.
Cuando no conoces nada de un
personaje, ni sus conflictos ni su vida, es tan solo un personaje más. Uno más.
Pero en cuanto conoces esas cosas, es como que lo interiorizas y te sientes
identificado y llegas a comprender y a apreciar a algunos de los malos entre
comillas de la historia.
Otros personajes, como el Amo,
por ejemplo, son la maldad pura. O el Emperador, que es peor bicho que el
propio Amo si cabe. No voy a desvelar quién es el Emperador, pero sólo diré que
es la expresión máxima que el ser humano tiene del concepto de la maldad.
Si tuviera que ponerle alguna
pega, diría que los personajes tienen un lenguaje muy similar entre ellos, usando
las mismas palabras y expresiones en vez de tener frases típicas de cada uno.
Por lo demás es una lectura muy
ágil, amena, entretenida y digna de la clasificación de “novela de terror”.